¿Cómo era la primera aspiradora?
Las aspiradoras se han convertido en una parte tan integral de nuestras vidas que nos da miedo incluso imaginar cómo sería la vida sin ellas. De hecho, la sola idea de seguir una rutina agotadora y que requiere mucho tiempo de limpieza manual hace que la gente pierda el sueño. Estos electrodomésticos han simplificado las tareas cotidianas más difíciles e importantes para millones de personas en todo el mundo.
Los primeros limpiadores mecanizados
Sin embargo, las aspiradoras han pasado por varias fases de desarrollo y evolución hasta alcanzar su nivel actual de sofisticación y eficiencia. La primera aspiradora de la historia se desarrolló a partir de las barredoras de alfombras manuales que se utilizaban ya en la década de 1860. La aspiradora funcionaba con la ayuda de fuelles que se utilizaban para aspirar el polvo recogido por un cepillo giratorio. El mérito de crear la primera barredora de alfombras no motorizada le corresponde a Daniel Hess de Iowa en 1860, aunque la primera máquina de este tipo fue patentada por Ives McGaffey de Chicago en 1869.
A diferencia de los aparatos elegantes y livianos de la actualidad, estas barredoras de alfombras manuales eran extremadamente pesadas. Utilizaban un ventilador accionado por correa que se accionaba manualmente y hacía que su funcionamiento fuera bastante complicado. Más tarde, en 1898, John S. Thurman, de Missouri, desarrolló una versión improvisada de la aspiradora. La máquina de Thurman funcionaba con gasolina y funcionaba soplando el polvo en un receptáculo en lugar de aspirarlo. Thurman era conocido por ser la primera persona en ofrecer servicios de limpieza puerta a puerta en St. Louis, Missouri y cobraba $4 por cada visita.
Primera aspiradora motorizada
Sin embargo, la primera aspiradora verdaderamente motorizada fue desarrollada en 1901 por un inglés llamado Hubert Cecil Booth, después de ver una demostración de la máquina estadounidense, que se cree que fue la desarrollada por Thurman. Ver la máquina en funcionamiento le dio a Booth la idea de utilizar un filtro entre la superficie que se estaba limpiando y el aparato de succión para una limpieza más higiénica. Antes de crear realmente la máquina, Booth probó el principio sobre el que funcionaría tratando de filtrar el polvo que intentaba aspirar de una silla de restaurante con la boca, colocando un pañuelo entre la silla y su boca.
La primera aspiradora de Booth era una máquina enorme, a la que apodó Puffing Billy y que funcionaba con un motor de combustión interna. Utilizaba un filtro de tela por el que se aspiraba el aire mediante una bomba de pistón. La máquina no tenía cepillos y la limpieza se realizaba con la ayuda de la succión a través de largos tubos y boquillas. La máquina era tan voluminosa que tenía que ser tirada por caballos y producía un gran ruido. Booth mejoró más tarde su diseño para crear la versión que utilizaba energía eléctrica para su funcionamiento, pero ni siquiera entonces logró reducir el tamaño y el peso.
El descubrimiento de Booth fue significativo porque funcionaba prácticamente con los mismos principios que las aspiradoras modernas. De hecho, el término “aspiradora” fue utilizado por primera vez para comercializar las máquinas cuyo diseño fue patentado por el inventor en 1901 por British Vacuum Cleaner Company (BVCC), una empresa creada por Booth años después.
Los primeros limpiadores domésticos portátiles
Las primeras aspiradoras portátiles que se utilizaron para la limpieza doméstica fueron desarrolladas en 1905 por otro inglés de Birmingham, llamado Walter Griffiths. Estas aspiradoras eran muy similares a las que utilizamos en nuestros hogares hoy en día y eran mucho más fáciles de usar y almacenar que las máquinas anteriores. También podían funcionar con boquillas de diferentes formas y tamaños para una limpieza más eficiente.
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